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viernes, 3 de abril de 2015

Desmiente madre de Astrid al Procurador; la bebé sí fue secuestrada y a ella intentaron matarla

DESMIENTE MADRE DE ASTRID AL PROCURADOR; LA BEBÉ SÍ FUE SECUESTRADA Y A ELLA INTENTARON MATARLA

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Por: Leonardo Vázquez


San Luis Al Instante.- La golpearon, la secuestraron, le robaron a su hija de siete meses y estuvo a punto de ser asesinada. Luego fue intimidada por Policías Ministeriales, detenida y encarcelada dos días, al menos esa es la versión que da Tanya Gabriela.

Ella tiene 21 años de edad y fue señalada públicamente por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de entregar a su bebé a cambio de diez mil pesos, además de que el procurador Miguel Ángel García Covarrubias negó ante periodistas que hubiera existido un plagio y así mismo fue difundido por la institución.

Su hija es Astrid, hoy está de nuevo en brazos de Tanya, luego de que una mujer la recibió de manos de los plagiarios y al saberse involucrada en un posible secuestro acudió ante el Agente del Ministerio Público a declarar lo ocurrido y entregar a la bebé.

Todo inició la noche del 28 de marzo, así lo narró Tanya: “el sábado como diez y media iba saliendo de mi domicilio en la colonia Las Mercedes, iba a la tienda porque ya se habían tardado mis papás, al momento que salgo un hombre de aproximadamente 1.60 o 1.70 se acerca y me jala de los pelos, me dice que camine y abre la puerta de una camioneta. Este señor que se llama Mario, me sube, yo volteo asustada y me quedo sorprendida porque me apunta con una pistola.

“Entonces me dice que no lo vea y me pasa a la parte de atrás, me pone entre los dos asientos delanteros, me lleva agachada, pero cuando intento levantarme me dan un golpe”, prosigue la joven madre.

Para entonces, precisa, ya le habían arrebatado a la niña de sus brazos. “Le empiezo a decir que por favor no le hagan daño a mi hija y me dice que me calle, que la niña va a estar bien, en eso me empieza a pegar y de repente ya no escucho a la niña. Le digo que mi hija, ¡mi hija, por favor!, y me dice que me calle si no va a valer madre”.

“Con el golpe en la cabeza, me quería desmayar, ya no escuché ni cuándo bajaron a la niña”.

Al ir sometida no supo qué dirección habían tomado. “Intento levantarme y escucho el disparo y que le dice Mario, ‘No mames cabrón, me diste, ya me diste’ y se abre la puerta del copiloto, entonces este sujeto baja de la camioneta y en menos de tres, cuatro segundos, se impacta la camioneta, pero al tiempo que me quiero levantar me voy hasta el frente.

“Cuando me intento levantar, este otro sujeto dispara, entonces, me imagino que el disparo no era para Mario, por eso esa otra persona se baja de volada y Mario se estampa”, dijo.

Eso último, cuenta Tanya, fue atestiguado por un taxista, quien al ver el choque le prestó auxilio y hasta le dijo haber visto cuando el otro sujeto le entregó la niña a otra persona.

Luego aparecería otra automovilista que se detuvo en la avenida Seminario, al oriente de la ciudad, a ayudar y que fue quien llamó a una ambulancia y al 066.

Lo que vino después, con la llegada de Policías Ministeriales, siempre de acuerdo a la versión de la joven madre, no fue ningún alivio, tampoco sería auxiliada para recuperar a su hija.

“Ministeriales me empiezan a agredir”

“Los ministeriales me empiezan a agredir y me dicen que yo fui la que planeó todo, y que iba a vender a mi hija”, dice Tanya.

Eran alrededor de las once de la noche y aún estaban en el lugar del accidente, en la avenida Seminario, cerca de la carretera 57.

Fue subida a una patrulla y llevada a los separos entre Insurgentes, Eje Vial y Xóchitl, en el Centro Histórico, donde seis policías la siguieron maltratando, intentando hacer que se inculpara de querer vender a su hija a Mario a cambio de 10 mil pesos.

Al llegar a la Policía Ministerial, Tanya iba acompañada de su madre, pero los policías la sacaron, entre sus agresores estaba una mujer. “Me decía, diles, diles lo que quieren escuchar”.

Así la mantuvieron hasta que amaneció el domingo 29, concluyó ese día sin que fuera puesta a disposición de ninguna autoridad, sólo se le hizo un examen médico dentro del mismo edificio que descartó que hubiera ingerido alcohol o drogas.

El lunes 30 de marzo la pusieron ante el Ministerio Público sin un abogado de su confianza y luego de la diligencia la devolvieron a su celda. Por la tarde la hicieron volver a comparecer ante el fiscal para contar otra vez su versión de los hechos.

“Querían cerciorarse de que no mintiera y empiezo otra vez a contarles y dice otro ministerio público, ‘es la misma versión, no se está equivocando, no se está contradiciendo’. Dice ‘este sujeto ya tenía todo planeado, el balazo que recibió no era para él, era para ella, ora sí que iban a tirarla por ahí, como iba el disparo era para la cabeza de ella, pero como llevaba las luces apagadas, no alcanzó a tantear dónde estabas y le dio al otro sujeto’”.

Esas valoraciones fueron las que pusieron en libertad a Tanya la tarde del lunes, con una carta de liberación, sin cargos y con la indicación de que al día siguiente, acudiera ante la Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer, la Familia y el Adulto Mayor (Prodem), donde se encontraba su hija para que al mostrar el oficio del MP le devolvieran a Astrid.

Oscurecía y todavía tuvo que pasar otra noche en vela, sin su hija que le había sido arrebatada desde el sábado.

El martes, antes de que abriera la Prodem ya estaba ella esperando a su bebé, pero tuvo que enfrentar a la burocracia. Debió esperar a que una trabajadora social inspeccionara su domicilio y el de su madre.

El trámite se superó y finalmente Tanya tuvo entre sus brazos a Astrid. Sólo entonces, dice, pudo volver a cerrar los ojos aunque ahora tiene pesadillas pues luego de lo vivido ninguna institución le ha brindado atención psicológica y ni siquiera médica.

En su cuerpo son evidentes los golpes sufridos cuando la secuestraron para arrebatarle a la niña.